domingo, 4 de marzo de 2012

Buenos hábitos


Me encanta como Ana va descubriendo el mundo: observa, aprende y decide. Podría ponerme a contar anécdotas monísimas, pero ahora me apetece hablar del ratito que trasncurre entre el baño y la cena.

Envuelta en una toalla y con una gran sonrisa colocamos a Ana sobre la cama, ella me recuerda: -¡Crema, crema!-, acato sus órdenes y empieza el show. Mientras la unto con crema y la pongo el pijama, ella canta. Y aquí viene cuando hay que tomar nota... ¡no es lo que canta, sino como lo canta!.

Ana se deja llevar, canta alto o bajo, según le apetezca ese día, con coreografía o sin ella... el caso es que se recrea, le da igual si la miras o no, ella se lo pasa bien y ya está.

Conclusión: Esto que hace Ana tiene toda la pinta de ser supersaludable, después de quedar limpita e hidratada lo mejor para terminar el día es esparcirse, esto lo tengo que probar.

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